Las flores que hacían dormir

Posted by Sebastián Saez

Hace mucho tiempo atrás, existió un rey que se regocijaba todas las tardes paseando por su enorme jardín. En el tenía todas las plantas del mundo. No había una sola especie que no estuviera allí, pues él mismo había ordenado a sus súbditos que recorrieran el planeta en busca de ellas. Paseando una tarde por su verde jardín notó que ninguna de todas las flores que poseía era de su agrado. Fue entonces que ordenó en todo el reino a que le ofrecieran semillas de las más bellas flores que existieran.

Ninguno de los candidatos que se presentaron lo convencieron, ya que las semillas que ofrecían eran muy costosas y el rey era un tanto tacaño. Una tarde, llegó un hombre proveniente de tierras lejanas al reino. Éste le brindó una bolsa de semillas y le dijo:
- De aquí saldrán las más bellas flores que jamás hayan visto sus ojos, alteza. Estas semillas tienen la capacidad de crecer muy rápido y el precio de venta es el más bajo del mundo.- concluyó el hombre con una sonrisa en su rostro.

El rey, sin preguntar la razón de su bajo precio, aceptó encantado. De inmediato comenzó a sembrar por todo el jardín del castillo las semillas que había comprado. Las regó, y se sentó en una silla a esperar a que crecieran. Al poco tiempo unas pequeñas hojas se asomaban de la tierra. El rey quedó pasmado ante tal espectáculo. Aquel hombre había dicho la verdad.

Mientras veía como las flores crecían, algo raro comenzó a ocurrir. Los bostezos eran inevitables. Los párpados le comenzaban a pesar. Pronto, todos en el reino empezaban a tener los mismos síntomas que el rey. Los guardias del castillo averiguaron el por qué de la somnolencia en todas las personas, y descubrieron que era a causa de las nuevas flores.

- Alteza, debe deshacerse de esas flores antes que crezcan. Son flores somníferas. Tienen el poder de hacer dormir.- le avisó uno de los guardias que no podía dejar de bostezar.

- Lo haré luego. He gastado dinero en ellas y quiero verlas crecer.- dijo el rey después de un bostezo.

- Pero mi señor, cuando las flores terminen de crecer quedaremos todos bajo un sueño eterno.

- Ya lo he dicho, más tarde lo haré.

Fue así como los días pasaron y el rey seguía posponiendo la tarea. Hasta que un día las flores terminaron su desarrollo y todo el reino quedó bajo un manto de sueño. Pero justo por allí pasaba un humilde pastor con un rebaño de ovejas. Al ver a todos dormitando y las flores que se habían expandido por todos lados, reconoció cual era el problema. Fue entonces que ordenó a sus ovejas que comieran las flores que invadían el lugar.

Cuando los animalitos del pastor terminaron de comer, cada persona del reino empezó a despertar. El rey le agradeció y recompensó al pastor por su ayuda, y prometió que nunca más pospondría algo. Porque cuando uno deja algo para después, puede quedarse dormido en los laureles.

Sebastián Saez

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